*Fruta Seca
Una vez secada se requiere conservar la fruta seca en un recipiente adecuado. Lo ideal es que este estuviera bien limpio y seco; que fuera estanco el aire, que no dejara pasar la luz ni los olores, que no dejara entrar la humedad y que se abriera con facilidad. El material puede ser de plástico, vidrio o metal. Existe la posibilidad de utilizar contenedores más grandes y combinar diferentes frutos secos en cada uno de ellos. Para ello deberíamos introducirlos en bolsitas selladas independientemente.
Una vez puestos en los recipientes adecuados, estos deberían guardarse en lugares frescos y secos, lejos de la luz. Pueden utilizarse los cajones de una despensa y cubrirse opcionalmente los botes con algún material opaco. Si no disponemos de una habitación fresca lo mejor será guardarlos en la nevera. Nunca debemos dejar que las frutas secas desarrollen mohos porque estos pueden producir sustancias tóxicas.
*Lácteos
Los productos lácteos poseen diferentes grados, capacidades y necesidades de conservación. La capacidad de conservación afecta por igual en el caso de los lácteos a la calidad y seguridad de los mismos. Se puede decir que, con la excepción del queso y de las leches en polvo, diseñadas para ser almacenadas durante largos períodos, casi todos ellos son productos alimenticios perecederos que deben ser conservados rigurosamente en frío. Por regla general los métodos de conservación empleados en la industria láctea se centran en la pasteurización (control bacteriano mediante
HTST), el control de la temperatura (control de los procesos enzimáticos mediante la vigilancia de la cadena del frío) y en el diseño de envases (control físico que garantice la atmósfera interior y su hermeticidad). Algunos avances en la conservación de productos lácteos conllevan el envasado en atmósferas de
CO2, que se ha demostrado muy eficiente en algunos casos. Las leches, cremas, yogures y helados se ofrecen debido a estas razones en
conservas convenientemente envasadas y se encuentran en las zonas refrigeradas de los
supermercados y
tiendas de conveniencia.
*Chocolate
El chocolate exige un riguroso respeto, ya sea para su consumo o su conservación. Para que un chocolate no pierda sus cualidades, debemos tener en cuenta sus principales enemigos, la humedad, el calor, los olores y el tiempo.
No lo dejes envejecer y procura disfrutarlo antes de la expiración de la fecha de consumo, esto asegura que su calidad está todavía íntegra.
Una humedad ideal para el chocolate es un 60%, de ahí que no se aconseje guardar en la nevera. Con más humedad, pierde su brillo y aparece una capa blanquecina en la superficie que se conoce como “fast bloom”. Esto no afecta a las cualidades nutricionales del chocolate pero el atractivo su es menor.Una temperatura ideal para su conservación está situada entre los 13 y 18 grados, con una inferior, el chocolate estará quebradizo y los aromas y sabores de este, quedarán diluidos. Una temperatura mayor provoca que el chocolate altere su textura y aspecto.